Hace unos días, un paciente que llevaba un mes con dolor de hombro, me preguntó si debía haber venido antes a la consulta. En otras palabras, me preguntó ¿cuándo debo ir al osteópata? ¿cuál es el momento idóneo para ir al osteópata?
Por norma general, recomiendo ir al osteópata cuando…
el dolor o la molestia que se sufres se prolonga más allá de 7 a 10 días.
Es el momento para pedir ayuda, ya que el cuerpo no ha sido capaz de adaptarse a aquello que ha provocado el síntoma.
Es el mejor momento porque habrá pasado la fase aguda de la inflamación y de esta forma el tratamiento osteopático será muy eficaz.
Lo curioso es que era la tercera persona en esa semana que me preguntaba algo parecido. Como es una duda frecuente entre los pacientes, me dije: ¿qué tal si escribo una entrada en el blog sobre cuándo acudir al osteópata?
El paciente es único
La osteopatía es una terapia que se centra en la persona. Considera al individuo un ser único e individual. Las circunstancias de cada persona son genuinas, al igual que sus necesidades. Por tanto, es posible que la respuesta a cuándo acudir al osteópata también sea individual y particular a cada paciente.
Quiero decir que, aunque la respuesta genérica es esperar entre 7 o 10 días, es posible que en tu caso y según tus circunstancia personales, debas acudir antes.
Imagina una persona de 50 años con 2 hernias discales. Ya se ha tratado con osteopatía y tiene bajo control su problema. Realiza un tratamiento preventivo con osteopatía cada 2 meses y hace ejercicio con frecuencia. Su objetivo: evitar una recaída y llevar una vida normal.
Pero, un fin de semana, al realizar un esfuerzo puntual empieza a tener una molestia en la espalda. Es una molestia que reconoce y que ya ha sentido en otras ocasiones. En este, caso es mejor no esperar 10 días para pedir cita y ser tratado. Debe recibir tratamiento osteopático cuanto antes para evitar que la situación se convierta en una crisis aguda de lumbalgia y tenga una recaída.
Como puedes ver, cada persona tiene unas necesidades concretas y su tratamiento debe ir alineado esas necesidades.
De forma general, tras 11 años de experiencia profesional, pienso que es una buena referencia que si la dolencia o los síntomas que no ceden alrededor de 10 días y si no se tiene un problema de base, es mejor de acudir a un profesional cualificado para averiguar que está pasando.

Aprovecho para responder otras dudas frecuentes.
¿Cada cuánto tiempo hay que ir al osteópata?
No hay una respuesta correcta para esta pregunta.
Al realizar la historia clínica preguntamos por muchos factores personales como:
- Estado de salud actual
- Antecedentes médicos
- Tiempo que lleva con su problema
- ¿Es una persona activa o sedentaria?
- ¿Es problema es constante o va por temporadas?
Teniendo en cuenta todos estos factores y otros podemos concluir que la frecuencia en muy individual.
Por norma general si la persona tiene una patología de larga evolución es interesante tratarse de forma preventiva cada 1 o 2 meses al osteópata.
Si por el contrario es una patología o dolencia puntual que se ha resuelto favorablemente, pienso que cada 3-4 meses es una buena frecuencia.
De todas formas hay que ser flexibles y los plazos pueden variar según la época o momento personal. La vida es un continuo cambio y debemos ser capaces de adaptarnos.
¿Debo ir al osteópata o al fisio?

Es una duda que suelen tener aquellas personas que conocen la fisioterapia, pero todavía no han sido tratados con osteopatía y por lo tanto, no tiene experiencia con ella para entender la diferencia.
Tengo que aclarar que no considero que una sea mejor que la otra. Pienso que son complementarias.
En alguna ocasión he derivado al paciente a algún compañero fisioterapeuta si así lo creía conveniente y pensaba que era mejor para él.
Como terapeuta no puedo abarcar todas las posibilidades terapéuticas y por ello me he ido especializando en un abordaje global como la osteopatía.
Pero hay situaciones como por ejemplo, una rotura de fibras musculares o una fractura, en la que mi aportación puede ser puntual, pero la necesidad de un tratamiento más continuado obliga a que la persona sea tratada con fisioterapia.
Y cuando esté recuperado de esa rotura, recomiendo acudir al osteópata para que con nuestro abordaje global ajustar el organismo para mejorar el sistema de adaptación-compensación y evitar posible lesiones o disfunciones en el futuro.
Conclusión
Si aparece un síntoma nuevo para ti y no desaparece antes de los 10 días más o menos es recomendable acudir a un osteópata par que te realice una valoración.
En cambio, si tienes una patología de larga evolución que está estable, asintomática, pero aparecen los síntomas o molestias habituales propios de la patología recomiendo no esperar para acudir al osteópata y te ayude a que no empeoren los síntomas.
Es importante dar las recomendaciones a los pacientes en función de su contexto y situación personal para ser lo más específico posible.
Vete al fisio si tienes una rotura fibrilar, luxación articular, esguinces agudos etc.
Vete al osteópata en todos los demás casos. Problemas de espalda, digestivos, estrés, insomnio, etc.
Mi recomendación: es mejor prevenir que un síntoma aparezca que hacer que el síntoma desaparezca.

MARCOS CASAL
Osteópata C.O. por la Escuela del Concepto Osteopático
Fisioterapeuta Nº COL. 2152 por A Universidade da Coruña
Terapeuta en Psiconeuroinmunología Clínica